Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Pedro 2, 5-22

5 si no perdonó al antiguo mundo, aunque preservó a Noé, heraldo de
la justicia, y a otros siete, cuando hizo venir el diluvio sobre un mundo de
impíos;

6 si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra,
reduciéndolas a cenizas, poniéndolas como ejemplo para los que en el
futuro vivirían impíamente;

7 y si libró a Lot, el justo, oprimido por la conducta licenciosa
de
aquellos hombres disolutos

8 - pues este justo, que vivía en medio de ellos, torturaba día tras día
su alma justa por las obras inicuas que veía y oía -

9 es porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y
guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio,

10 sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras y
desprecian al Señorío. Atrevidos y arrogantes, no temen insultar a las
Glorias,

11 cuando los Ángeles, que son superiores en fuerza y en poder, no
pronuncian juicio injurioso contra ellas en presencia del Señor.

12 Pero éstos, como animales irracionales, destinados por naturaleza a
ser cazados y muertos, que injurian lo que ignoran, con muerte de animales
morirán,

13 sufriendo daño en pago del daño que hicieron. Tienen por felicidad
el placer de un día; hombres manchados e infames, que se entregan de lleno
a los placeres mientras banquetean con vosotros.

14 Tienen los ojos llenos de adulterio, que no se sacian de pecado,
seducen a las almas débiles, tienen el corazón ejercitado en la
codicia,

¡hijos de maldición!

15 Abandonando el camino recto, se desviaron y siguieron el camino
de Balaam, hijo de Bosor, que amó un salario de iniquidad,

16 pero fue reprendido por su mala acción. Un mudo jumento,
hablando con voz humana, impidió la insensatez del profeta.

17 Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes
está reservada la oscuridad de las tinieblas.

18 Hablando palabras altisonantes, pero vacías, seducen con las
pasiones de la carne y el libertinaje a los que acaban de alejarse de los que
viven en el error.

19 Les prometen libertad, mientras que ellos son esclavos de la
corrupción, pues uno queda esclavo de aquel que le vence.

20 Porque si, después de haberse alejado de la impureza del mundo
por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, se
enredan
nuevamente en ella y son vencidos, su postrera situación resulta peor que la
primera.


21 Pues más les hubiera valido no haber conocido el camino de la
justicia que, una vez conocido, volverse atrás del santo precepto que le fue
transmitido.

22 Les ha sucedido lo de aquel proverbio tan cierto: = «el perro vuelve
a su vómito» = y «la puerca lavada, a revolcarse en el cieno».